Martes de la XII semana Tiempo Ordinario
II Re 19, 9-11. 14-21. 31-35. 36
Sal 47
Mt 7, 6. 12-14
El Señor siempre buscará la manera de instruirnos por el buen camino, ya que su deseo es que todos los hombres se salven y lleguen a la plenitud de la verdad. Por ello, Jesús nos sigue recomendando acciones concretas para llevarlas a la práctica y alcanzar la salvación.
Hoy, más que nunca, muchos católicos extrañan la Eucaristía, el poder participar en las actividades que lleva a cabo la parroquia, la vivencia de los Sacramentos. Bien dice un refrán: “nadie sabe lo que tiene hasta que lo ha perdido”. Muchas personas desconocían los grandes tesoros que Jesús nos dejó. Por eso, se nos invita a “no echar las perlas a los cerdos o lo santo a los perros”.
¿Qué quiere decir esto? Muchos creyentes no valoraban lo que tenían a su alcance, no le daban su lugar a los Sacramentos: los bautizos se convertían en una competencia para ver quien llevaba la mejor vestimenta; en las Bodas se observaba una gran inversión económica, pero los invitados no participaban activamente de la celebración; en los funerales, la gente no sabía que hacer durante la Eucaristía; en la confesión, la gente no sabe diferenciar el sacramento a una dirección espiritual. Espero que esta pandemia nos haya movido internamente y nos lleve a ser conscientes de lo que estamos celebramos y así poder participar de una manera activa, plena y fructosa en cada uno de los Sacramentos.
Para poder llevar a cabo este cambio de mentalidad en nosotros, tenemos que esforzarnos por “entrar por la puerta estrecha”. El mismo Cristo nos lo ha dicho: “sólo los que se esfuerzan alcanzarán el Reino de los Cielos” (cfr. Mt 24, 13). Cuando hay dos caminos a elegir (uno exigente y otro ligero), generalmente elegimos el fácil, el que implica ningún esfuerzo.
Ahora bien, Jesús es el que nos enseña el camino a seguir y nos advierte que no es sencillo. Pero, si Dios está con nosotros, ¿quién puede estar en nuestra contra? Si hemos logrado imprimir en el corazón la imagen del Señor, podremos superar el conformismo de hacer lo mínimo, esforzándonos en cada momento de nuestra vida, para poder seguir fielmente el camino del Maestro.
Que el Señor nos conceda la gracia de entrar por la puerta estrecha, que nos guíe por el camino angosto, para que valorando todo lo que nos ha dado por medio de los signos Sacramentales, podamos celebrarlos de una manera plena, activa y consciente en las diversas celebraciones litúrgicas.
Pbro. José Gerardo Moya Soto
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