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Mostrando entradas de mayo, 2021

"Con María, todo se desborda de alegría"

  Visitación de la Santísima Virgen María Fiesta So 3, 14-18 Is 12 Lc 1, 39-56      Al concluir el mes de mayo, lo hacemos con la fiesta de la “Visitación de la Santísima Virgen María” a su prima Santa Isabel. Esta celebración litúrgica nos recuerda que la Virgen María es una mujer que sale al encuentro de quien más la necesita.      María tenía muchas razones para cuidarse y permanecer tranquila en su casa. Necesitaba tiempo para asimilar la inesperada noticia de que concebiría y daría a luz al Salvador del mundo. Nadie podía exigirle que, después de tan grande noticia, se encontrara como si nada hubiera pasado. Y es que todos tenemos nuestro problemas o situaciones personales. Tal vez no son tan enormes, pero en muchas ocasiones nos han servido para excusarnos y no complicarnos la vida.      Ella, no obstante, dejó la aldea de Nazaret y, sin pensarlo, “se encamino presurosa a un pueblo de las montañas de Judea”. No se había recuperado del asombro de la Anunciación y ya est

"Tres es igual a Uno"

  La Santísima Trinidad  Dt 4, 32-34. 39-40 Sal 32 Rm 8, 14-17 Mt 28, 16-20      Tras haber celebrado el tiempo de Pascua, que culminó con la solemnidad de Pentecostés, la liturgia nos presenta una nueva celebración solemne: la Santísima Trinidad. En ella se subraya una perspectiva desde donde se abarca todo el misterio de la fe cristiana.      Contemplamos a la Santísima Trinidad tal como nos la dio a conocer Jesucristo. Él nos ha revelado que Dios es amor, no en la unidad de una sola persona, sino en la trinidad de una sola sustancia: es Creador y Padre lleno de misericordia; es Hijo unigénito, eterna Sabiduría encarnada, muerto y resucitado por nosotros; y es Espíritu Santo, aquel que lo mueve todo y nos santifica.      Tres personas que son un solo Dios, ya que el Padre es amor, el Hijo es amor y el Espíritu es amor. Dios es todo amor y sólo amor, un amor purísimo, infinito y eterno. No vive en una soledad, sino que más bien es una fuente inagotable de vida y amor, que s

"Autoridad que convence"

  Sábado VIII semana Tiempo Ordinario Si 51, 17-27 Sal 18 Mc 11, 27-33      La controversia de Jesús no terminó tan rápido. Al volver a Jerusalén y pasearse por el templo, su presencia provoca a las autoridades religiosas. Después de que ha criticado las estructuras religiosas de su tiempo, se acercan los sumos sacerdotes, los escribas y los ancianos, los cuales eran los representantes de la ciudad y del templo. ¿Qué vienen a hacer con Jesús? Interrogarlo sobre su autoridad y sobre aquella manera en la que habla, donde critica la estructura que durante siglos ha sustentado la vida de los judíos.      Toda esta controversia se generó después de que Jesús expulsara a los vendedores de palomas y cambistas del templo. Ante la interrogante que se le formula, parecería que Cristo opone resistencia y no quiere responder a lo que se le pregunta. Más que nada, no es que no desee responder a sus interrogantes, lo que Él no quiere es caer en la trampa que le están tendiendo.      Para J

"La noche pasará, pronto amanecerá"

  Viernes VIII semana Tiempo Ordinario Si 44, 1. 9-13 Sal 149 Mc 11, 11-26      Jesús ha llegado a Jerusalén. Tras su entrada solemne en la ciudad, Marcos nos manifiesta un par de acciones simbólicas que realiza el Señor: la higuera estéril y la expulsión de los mercaderes del Templo.      La higuera no tenía frutos y Jesús se queja de aquella esterilidad. Pero ¿por qué esperaba encontrar frutos, sino era tiempo de higos? Al llegar al Templo, el Maestro les vuelca las mesas a los cambistas y a los que vendían palomas. ¿Qué mal han hecho estas personas, si aquellos hombres vendían animales para el sacrificio? Parecería que aquel día Jesús se levantó con el pie izquierdo.      Tal vez nos resulte un poco extraño contemplar a Jesús molesto, decepcionado por no haber obtenido lo que Él deseaba. Aquellas quejas o actitudes, tiene una razón de ser: Jesús se da cuenta que el corazón del pueblo está lejos de Dios.       Este lamento de Jesús nos recuerda aquel poema escrito por Isaí

"Tú eres sacerdote para siempre"

  Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote Fiesta Is 52, 13- 53, 12 Sal 39 Lc 22, 14-20      El día de hoy celebramos la fiesta de Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote.      La liturgia no tarda en mostrarnos a Jesús como el nuevo y definitivo sacerdote, el cual ha hecho de su propia existencia una ofrenda total al Padre. Esto se puede percibir con aquello que respondíamos en el salmo: “Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad”.      Jesucristo busca agradar en todo a su Padre: en su manera de hablar, de obrar, en todos aquellos recorridos que irá haciendo para recibir y acoger a los pecadores. Toda la vida de Jesús fue un servicio y un desvivirse por la humanidad, intercediendo por nosotros ante su Padre celestial.      Nuestra vida anhela mirar a Dios y estar con Él eternamente. Por desgracia, nada manchado puede entrar al cielo. Lo bueno de todo esto, es que, por medio del sacrificio expiatorio de Jesucristo, hemos sido santificados, de modo que, perdonados nuestros pecados,

"Y tú: ¿qué le pides a Jesús?

  Miércoles VIII semana Tiempo Ordinario Si 36, 1-2. 5-6. 13-19 Sal 78 Mc 10, 32-45      Jesús va camino hacia Jerusalén (aquí no nos referimos simplemente a un dato geográfico, sino más bien a un símbolo teológico, en donde Cristo marcha hacia lo que será su pasión y muerte en la cruz) y San Marcos quiere profundizar en este acontecimiento. Jesús sube para entregar su vida y el evangelista nos quiere dejar bien en claro que, si los discípulos pretenden seguir a Jesús, han de pasar por el mismo camino que el Maestro recorrió.      En el primer anuncio, Pedro toma consigo al Maestro aparte para poder persuadirlo. La segunda vez que Jesús anunció su muerte, los discípulos discutían entre sí sobre los primeros puestos. En este tercer anuncio, san Marcos vuelve a subrayar la cerrazón de los apóstoles y nos muestra la ambición de los dos hermanos por pedir ser los primeros en el Reino de Dios.      ¿Qué obtienen en cambio? Que Jesús les anuncie de qué manera han de glorificar a Di

"Es en dar que recibimos"

  Martes VIII semana Tiempo Ordinario Si 35, 1-15 Sal 49 Mc 10, 28-31      Qué significativas resultan las palabras que Pedro le dirige a Jesús: “Señor, ya ves que nosotros lo hemos dejado todo para seguirte”. Parecería que San Pedro, siguiendo la recomendación que nos hace hoy el libro del Eclesiástico, “no quisiera presentarse a Dios con las manos vacías”.      Pedro puede presentarse satisfecho, puede presumir de todas las renuncias que ha hecho por seguir al Maestro, al igual que todos sus compañeros. Con todo esto, él puede esperar una recompensa. Nos resultaría lógico pensar: como Simón Pedro ha ofrecido, tiene derecho a recibir.      La lógica del mundo nos dice que es normal ofrecer algo para obtener algo a cambio: “te doy para que me des”. Muchas personas ofrecen mucho y esperan ser retribuidas. Pero los creyentes no seguimos la lógica del mundo, sino que nos basamos en la lógica de la gratitud, del amor sin esperas ni condiciones, de la entrega generosa de nuestra p

"María, Madre de la Iglesia"

  Santa María Virgen,  Madre de la Iglesia Memoria Gn 3, 9-15. 20 Sal 86 Jn 19, 25-34      Hoy celebramos la memoria de la Santísima Virgen María, Madre de la Iglesia. Esta memoria nos recuerda que la maternidad divina de María se extiende a todos los hombres y a toda la Iglesia por voluntad de Jesús mismo:      “Junto a la cruz de Jesús, estaba su madre, la hermana de su madre, María, la de Cleofás, y María Magdalena. Al ver a su madre y junto a ella al discípulo que tanto quería, Jesús dijo a su madre: Mujer, ahí tienes a tu hijo. Luego le dijo al discípulo: Ahí tienes a tu madre. Y desde entonces el discípulo se la llevó a vivir con él.      En este pasaje del Evangelio podemos justificar el titulo dado a María, como Madre de la Iglesia, ya que todos los bautizados podemos ser representados en la figura del discípulo amado, a quien el mismo Jesús le ha confiado a María Santísima como su madre.      Esta devoción mariana no simplemente es rezarle a la Virgen por rezar, s

"De la diversidad a la unidad"

  Domingo de Pentecostés Hch 2, 1-11 Sal 103 I Co 12, 3-7. 12-13 Jn 20, 19-23      El día de hoy celebramos la solemnidad de Pentecostés. Esta fiesta constituye el bautismo de la Iglesia. Es un acontecimiento que le ha dado, por decirlo de alguna manera, la forma inicial y el impulso a su misión, los cuales siempre son actuales y se van renovando dentro de la misma.      Pentecostés es la fiesta de la unión, de la comunión humana, de la comprensión. Aunque actualmente estamos cada vez más cerca por los medios de comunicación, muchas veces la relación es superficial; el dialogo entre generaciones cada vez resulta más difícil y complicado de entablar, prevaleciendo muchas veces la contraposición; parecería que el hombre se ha vuelto más agresivo e intratable. Analizando la realidad, ¿podemos verdaderamente encontrar y vivir la unidad que tanto necesitamos?      La respuesta a esta pregunta la podemos encontrar en la Sagrada Escritura: sólo puede existir la unidad con el don de

"¿Te animas a seguir a Jesús?"

  Sábado VII de Pascua  Hch 28, 16-20. 30-31 Sal 10 Jn 21, 20-25      “Sígueme”: nuestro seguimiento del Señor ha de ser consecuencia de haberlo conocido, de haber estado con Jesús, de amarlo y, por ende, de estar comprometidos totalmente con Él. Todos los bautizados estamos llamados en hacer nueva nuestra vida a la luz del Resucitado. La vida que Dios nos ha comunicado en su Hijo amado, no la podemos dejar encapsulada, sino que debemos de proclamarla a todo el mundo, para que de esa manera llegue la salvación a nuestros hermanos.      A través del tiempo, la Iglesia sigue escribiendo la historia del amor de Dios, no únicamente con sus palabras, sino también mediante las obras, las actitudes y la vida misma del creyente.      Hemos de tener cuidado de no romper con la unidad de la Iglesia, sabiendo respetar la diversidad de carismas que Dios ha derramado sobre la misma. No todos tenemos las mismas cualidades, sin embargo, es necesario que cada uno de nosotros aporte su granit

"Deja que el Amor se encargue de todo"

  Viernes VII de Pascua  Hch 25, 13-21 Sal 102 Jn 21, 15-19      Al contemplar esta escena, la aparición de Jesús en el lago de Tiberíades, no sólo nos deja una gran lección, sino que nos hace reflexionar en cómo nos estamos dejando interpelar por el Señor y su Palabra.      Recordemos que Pedro, en la Última Cena, le había prometido a Jesús que nunca lo iba a abandonar (cfr. Mt 26, 33), incluso le había asegurado que “daría la vida por Él” (cfr. Jn 13, 37). Ya todos conocemos el desenlace: terminó negando a Jesús tres veces, jurando que no lo conocía. Simón Pedro le falló a Jesús.       Muchos nos decimos ser auténticos discípulos del Maestro, pero a la hora de la prueba o de la adversidad, salimos corriendo despavoridos. Todas las promesas que le hemos hecho al Señor se vienen abajo cuando sentimos que el agua nos esta llegando al cuello. Tal vez sea nuestra propia humanidad, pero no debemos de negar que muchas veces lo hacemos más por salvar nuestro pellejo del que dirán o

"Unidos podemos hacer mucho"

  Jueves VII de Pascua  Hch 22, 30; 23, 6-11 Sal 15 Jn 17, 20-26      Qué grato es lo que Jesús le pide a su Padre: “que todos sean uno, como tú y yo somos uno”. Y de alguna manera es lo que todos quisiéramos en nuestra vida: nos gustaría tener una familia que se mantenga unida, una sociedad que permanezca unida, una Iglesia que no tenga divisiones, etc. Ahora bien, si tanto deseamos ser una unidad: ¿por qué no lo podemos conseguir?      Aprender a ser “uno”, es mucho más difícil de lo que parece. Con el tiempo, nos percatamos de que las cosas no son tan sencillas en nuestra vida. Aquella famosa frase, “querer es poder”, implica más esfuerzo y dedicación que solo “querer”. A esta formula le hacen falta algunos ingredientes más para poder alcanzar la unidad que tanto deseamos en nuestro alrededor.      Jesús nos ha dado ejemplo claro de cómo debe darse la unidad entre nosotros: “para que todos sean uno, como tú, Padre, en mí y yo en ti somos uno”. La prueba de que el Maestro n