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Mostrando entradas de enero, 2021

"Jesús comienza su travesía"

  IV Domingo del Tiempo Ordinario: Ciclo “B” Dt 18, 15-20 Sal 94 I Co 7, 32-35 Mc 1, 21b-28      Después de haber recibido el bautiso por Juan en el Jordán y tras haber llamado a sus primeros discípulos, Jesús comienza la misión que el Padre le ha encomendado: la de predicar la Buena Nueva a todos los hombres; “arrepiéntanse y crean en el Evangelio”.       Jesús comienza su ministerio en la ciudad de Cafarnaúm, la cual se consideraba uno de los más grandes centro comercial en toda aquella región. A ella afluían habitantes de todos los alrededores. Desde allí, Jesús podrá enseñar su doctrina hacia las otras provincias. Cristo elige los centros más concurridos para predicar, ya que desea que su mensaje se comience a divulgar entre las diferentes regiones de Palestina.      Ahora bien, Jesús comienza su jornal en una sinagoga de Cafarnaúm, lugar donde acudía la gente para rezar al Señor. Todos los sábados se asistía para escuchar la Palabra de Dios y recibir enseñanzas. Cada sá

"Cuando Dios parece echar la siesta"

  Sábado III semana Tiempo Ordinario Hb 11, 1-2. 8-19 Lc 1 Mc 4, 35-41      Hemos de darnos cuenta de que en este mundo somos peregrinos, los cuales nos dirigimos hacia la posesión de los bienes eternos. Delante de nosotros va Cristo, que le da sentido a nuestra entrega, a nuestros sacrificios, a nuestra esperanza. No vamos tras de un sueño o alguna utopia, sino tras una realidad: la Gloria, la vida eterna.      Ciertamente que en nuestro peregrinar hay muchas opiniones que desean desanimarnos, personas que desean vernos vivir poniendo nuestra mirada en las cosas pasajeras de este mundo. Sin embargo, no perdamos nunca de vista el llamado que Dios nos ha hecho para que vivamos con Él eternamente.      Aún en medio de las más duras pruebas y adversidades que nos atacan, hemos de conservar nuestros pasos hacia la patria eterna. Al obtenerla, al haber llegado a ella, entenderemos que tuvo sentido el haberlo entregado todo para el Señor, de que ha valido la pena todo sacrificio of

"El primer amor"

  Viernes III semana Tiempo Ordinario Hb 10, 32-39 Sal 36 Mc 4, 26-34      ¿Quién de nosotros no recuerda el primer amor? Aquel encuentro que tuvimos con el Señor que nos cautivó, qué nos llevó a “amarlo con toda el alma, con todas las fuerzas, con todo el corazón” (cfr. Mc 12, 30). Y uno no puede olvidar esto, ya que, un cristiano sin memoria de su primer encuentro con Jesucristo es una persona vacía, egoísta, indiferente.      Es importante recordar y tener presente aquel encuentro con el Señor, aquel instante en donde pudimos experimentar el verdadero amor. Es lo que pretende mostrarnos el comienzo de la Carta a los Hebreos que hoy hemos meditado. Nos invita a “recordar aquellos primeros días, en los que fuimos iluminados por Cristo”.      Todos atesoramos en nuestra memoria fechas importantes: mi cumpleaños, el aniversario matrimonial, la fecha exacta cuando le propuse a mi pareja que fuera mi novia, el día en que concluí mis estudios, etc. Así como recordamos muchas fech

"No a las elites eclesiales"

  Jueves III semana Tiempo Ordinario Hb 10, 19-25 Sal 23 Mc 4, 21-25      En la actualidad, existen muchas rutas que podemos seguir para llegar a nuestro destino. Incluso, en esta modernidad, contamos con el famoso GPS, el cual nos indica cuál ruta es la más rápida. En la vida del cristiano no es la excepción. Como lo hemos meditado en la Carta a los Hebreos, “Jesús es el camino nuevo y vivo que debemos de seguir”.      A lo largo de nuestra vida nos vamos percatando de que hay muchos caminos erróneos. De hecho, en ocasiones, nos basamos en criterios equivocados, siguiendo modelos que no nos convienen.      Verdaderamente Jesús nos salva a todos, pero no por eso podemos generalizar: dio su vida por todos, pero lo hizo por cada uno, con nombre y apellido. Aunque Jesucristo dio su vida por mí y me salvó singularmente, lo hizo en medio de un pueblo: Dios salva siempre en un pueblo. De ahí la advertencia que nos hace el autor de la Carta a los Hebreos: “fijémonos los unos a los o

"Salió el Sembrador a sembrar"

  Miércoles III semana Tiempo Ordinario Hb 10, 11-18 Sal 109 Mc 4, 1-20      Vivimos tiempos difíciles. Nos encontramos ante una realidad en donde la humanidad se encuentra constantemente sumergida en una situación de pecado, una sociedad que se aleja cada vez más de Dios, dejándose de preocupar de las repercusiones que esto pueda traer a sus vidas.      El hombre ha intentado salir de esta situación, pero no siempre sus esfuerzos han dado el fruto que tanto desea. Nos percatamos que, en la vida de la humanidad, no bastan únicamente nuestras fuerzas, sino que necesitamos de la gracia divina, de la fuerza de Dios para vencer las asechanzas del maligno.      Es lo que se nos muestra en la primera lectura: una vez más la carta a los Hebreos nos muestra que los sacrificios religiosos humanos no sirven para resolver esta inclinación al pecado. Por ese motivo, Dios ha querido mandar a su Hijo amado para esta misión. El sacrificio de Cristo sí lo ha logrado: Él ha conseguido, “para

"Una fe sincera"

  Santos Timoteo y Tito, obispos Memoria   II Tm 1, 1-8 Sal 95 Mc 3, 31-35      Hoy, como Iglesia, celebramos la memoria de los santos Timoteo y Tito, obispos y colaboradores íntimos del San Pablo. La Sagrada Escritura nos presenta tres cartas dirigida a estos obispos, las cuales son atribuidas al Apóstol.      En la primera lectura, tomada de la segunda Carta a Timoteo, San Pablo nos recuerda de dónde le viene la fe a Timoteo: “recuerdo siempre tu fe sincera, esa fe que tuvieron tu abuela Loida y tu madre Eunice, y que estoy seguro que también tienes tú”. En muchas ocasiones, son las madres y las abuelas las que nos trasmiten la fe.      Una cosa es trasmitir la fe y otra cosa es enseñar cosas de fe, ya que la fe es un don que Dios nos ha regalado. Se pueden estudiar cosas de la fe, para entenderla mejor, pero con el estudio no se puede llegar a la fe. La fe es un don del Espíritu Santo y va más allá que cualquier preparación. Y este don, este regalo, Dios lo ha querido dar

"Llamados a la unidad"

  Conversión de San Pablo, Apóstol Fiesta   Hch 22, 3-16 Sal 116 Mc 16, 15-18      La fiesta de la Conversión de San Pablo, nos recuerda la presencia de Dios en nuestras vidas, ya que Él se hace presente en la misma y nos elige para ser instrumentos de su Palabra. Así lo hizo con San Pablo, llamándolo a ser “testigo ante los hombres”.      Para Saulo de Tarso, el momento del encuentro con Cristo resucitado en el camino hacia Damasco, marcó el cambio definitivo en su vida. Es en ese momento donde se realiza su completa transformación, una auténtica y verdadera conversión espiritual.      En un instante, por la intervención de Dios en su vida, el gran encarnizado perseguidor de la Iglesia primitiva queda ciego, inmerso en la oscuridad, pero con un corazón invadido por una gran luz, que lo llevara al poco tiempo a ser un ardiente y apasionado apóstol del Evangelio de Jesucristo.      Pablo siempre tuvo la certeza de que sólo la gracia divina había podido realizar semejante co

"Arrepiente, cree y sígueme"

  III Domingo del Tiempo Ordinario: Ciclo “B” Jb 3, 1-5. 10 Sal 24 I Co 7, 29-31 Mc 1, 14-20      Sin duda alguna la venida de Jesús al mundo es la mejor buena noticia que pudimos estar esperando. Jesucristo nos trae la Buena Nueva, el Evangelio que nos conducirá hacia su Padre Celestial, hacia la salvación. Pero ¿cómo acceder a ella? Fácil: respondiendo al llamado que Dios nos hace.      Lo primero que hace Jesús en su apostolado es formar un equipo de colaboradores, presentándonos así uno de los modelos más eficaces de enseñanza: “maestro-aprendiz”. El alumno sigue a su maestro y aprende de él. Con el tiempo, el aprendiz será igual que su maestro. Eso mismo pasó con los discípulos: aprendieron a estar con Cristo y toda la doctrina que Él les enseñaba la guardaban para sí. Y todo esto fue posible debido a que ellos lo siguieron.       Jesucristo nos llama, nos pide que lo sigamos, al igual que aquellos pescadores. Aquí nos queda claro que Cristo no les cambia el oficio a aq

¿Ah, estoy loco?

  Sábado II semana Tiempo Ordinario Hb 9, 2-3. 11-14 Sal 46 Mc 3, 20-21      ¿Jesús se ha vuelto loco? ¿Jesús está loco porque cumple su misión con fidelidad? ¿Cristo está fuera de si porque se somete a la voluntad de su Padre? ¿El Maestro está fuera de si porque en vez de buscar un poder mundano, busca el Reino de los Cielos? No creo que Jesucristo se haya vuelto loco.       Entonces, ¿Quién se ha vuelto loco? Aquel que no ha terminado entender el camino del Evangelio; aquellos que siguen oponiéndose al mensaje de amor del Padre; aquellos que no está dispuestos a dejarse reconciliar con Dios. Recordemos un pasaje del Evangelio de San Juan: “Jesús, dándose cuenta de que se lo querían llevar para proclamarlo rey, se retiró al monte a orar” (Jn 6, 15). ¿No será que esto sí es una verdadera locura?      Cristo no nos ha enseñado a vivir como príncipes en este mundo, sino como servidores, que puedan ser capaces de dar la vida por sus hermanos. Dios espera de su Iglesia una respue

"Nueva alianza"

  Viernes II semana Tiempo Ordinario Hb 8, 6-13 Sal 84 Mc 3, 13-19      Sin duda alguna, Dios hace nueva todas las cosas, lo renueva todo desde la raíz, desde lo más profundo de la misma persona. Es lo que hemos meditado en la Carta a los Hebreos que reflexionamos en la primera lectura. El Señor, por medio de Jesucristo, ha realizado una nueva alianza con nosotros.      Un primer elemento que resaltar es que la Ley del Señor no obra de una manera externa, sino que penetra en lo más profundo del corazón y nos hace cambiar de mentalidad. En esta nueva alianza debe darse un cambio de sentir, de actuar, de vivir, un modo distinto de ver las cosas.      Por ejemplo, los doctores de la ley: ellos hacían todo lo que estaba prescrito, pero su mentalidad estaba lejana de Dios. Su mentalidad era egoísta y su corazón era de piedra, ya que siempre condenaban al prójimo. La nueva alianza dada por Dios cambia el corazón del hombre, haciéndonos comprender la Ley con nueva mentalidad.     

"Salvados"

  Jueves II semana Tiempo Ordinario Hb 7, 25- 8, 6 Sal 39 Mc 3, 7-12      ¿Qué tenía la grandeza de Jesús? ¿Por qué la muchedumbre acudía a Él? En el Evangelio de hoy podemos contemplar que acudían de todas partes porque ven en Cristo una esperanza, ya que su manera de obrar y enseñar toca el corazón del hombre, porque su Palabra es capaz de transformarlo todo.      Aquello que tanto aguardaba el pueblo de Israel, aquello que el mismo Dios les había prometido, ahora ven que se comienza a cumplir en Jesucristo, esperanza para los decaídos. La gente estaba cansada y agobiada por la manera de enseñar de los doctores de la ley, los cuales, “ataban cargas pesadas, echándolas a las espaldas de la gente” (cfr. Mt 23, 4), pero no llegaban al corazón de sus oyentes.      En cambio, cuando contemplan y escuchan a Jesús, oyen la voz de Dios. Una fuerza interna hace que se muevan y que busquen al Maestro. La gente lo busca porque quiere ser curada, busca su propio beneficio. Y esto nos p

"La Ley, sí; legalismo, no"

  Miércoles II semana Tiempo Ordinario Hb 7, 1-3. 15-17 Sal 109 Mc 3, 1-6      Jesús continúa su travesía, la misión que el Padre le ha encomendado. Por desgracia, siguen apareciendo piedras-obstáculos en su camino: los fariseos. ¿Cuál es el problema? Sigue siendo la cuestión de la ley y su pleno cumplimiento.      Con esto anteriormente dicho, no pretendo darles la razón a los fariseos, sino que habrá que analizar su actitud. Basta recordar lo que Jesús decía de ellos: “Ay de ustedes, escribas y fariseos, hipócritas, porque no entran al reino de los cielos y no dejan entrar a nadie… ay de ustedes, que dan el diezmo de la menta y la ruda, olvidándose de lo más importante, la justicia y la misericordia… ay de ustedes, que limpian el exterior del vaso y dejan el interior lleno de basura… ay de ustedes, que son sepulcros blanqueados: hermosos por fuera y por dentro están llenos de podredumbre” (Cfr. Mt 23, 13-28).      Cristo ya lo había dicho: “No piensen que he venido para abo