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Mostrando entradas de julio, 2021

"Llamados a ser profetas"

  Sábado XVII semana Tiempo Ordinario Lv 25, 1. 8-17 Sal 66 Mt, 14, 1-12      El relato del martirio del Bautista que hoy hemos meditado se inserta en el tiempo de Herodes Antipas, hijo de Herodes el Grande. El precursor del Mesías había denunciado, en nombre de Dios, el pecado de Herodes: “Es que Herodes había apresado a Juan y lo había encadenado en la cárcel por causa de Herodías, la mujer de su hermano Filipo, pues Juan le decía que no le estaba permitido tenerla por mujer”.      ¿Hasta dónde es posible que el hombre llegue con tal de obtener lo que desea? Herodías, amante de Herodes, es capaz de hacer que ajusticien al Bautista abusando de la generosidad del rey Herodes. Y muchos de nosotros podemos llegar a realizar cosas tan denigrantes o desagradables, con tal de salirnos con la nuestra.      Ahora bien, Mateo tiene ante todo un deseo, y es el de destacar la figura del profeta, aquel defensor de la Ley de Dios, aquel que es perseguido y generalmente asesinado. A Jesús

"Buscar a Dios en lo sencillo"

  Viernes XVII semana Tiempo Ordinario Lv 23, 1. 4-11. 15-16. 27. 34-37 Sal 80 Mt, 13, 54-58      Después del discurso parabólico del Señor, Mateo nos quiere presentar a Jesús en la sinagoga de Nazaret, en donde es rechazado por sus paisanos. Éstos, debido a la admiración que sienten, pasan a preguntarse por la predicación del “hijo del carpintero”, por María, su madre, por sus hermanos y hermanas. Incluso, la comunidad se escandaliza de Él.      Este Evangelio nos invita a reflexionar sobre la necesidad que debemos tener para captar la presencia de Dios en nuestra vida cotidiana. Es muy probable que, los paisanos de Jesús, estuvieran acostumbrados a encontrar a Dios en las grandes solemnidades que nos ha narrado el libro del Levítico en la primera lectura. En ellas, entre el incienso usado en las celebraciones y la sangre de los sacrificios ofrecidos en su honor, se captaba la presencia de Dios que había liberado a sus antepasados de la esclavitud de Egipto.      Por otra pa

"Forjemos una verdadera amistad con el Señor"

Santa Marta Memoria Ex 40, 16-21. 34-38 Sal 83 Jn 11, 19-27      Hoy celebramos la memoria de Santa Marta. De esta mujer sabemos pocas cosas, sin embargo, su testimonio es tan rico que ha sido introducido en el calendario romano y así poder celebrar, año tras año, su memoria.      Hubo una familia en Betania, la cual estaba compuesta por tres hermanos; Marta, María y Lázaro. Un elemento importante que encontramos en esta familia nos lo relata el evangelista San Juan: “Jesús amaba a Marta, a su hermana y a Lázaro” (cfr. Jn 11, 5). Qué maravilloso pensar en ese afecto cálido, cercano y puro con el que nuestro Señor se entregó a estos hermanos. Incluso nos hace sentir de una manera más tangible el amor de Dios por la humanidad.      Para el cristiano debería ser causa de alegría pensar en Marta como amiga de Jesucristo. ¿Por qué? Porque esta imagen nos deja ver que Jesús no única y exclusivamente se dedico a su misión, sin tiempo de entablar alguna amistad con otras personas.  

"Busquemos el amor de Dios"

  Miércoles XVII semana Tiempo Ordinario Ex 34, 29-35 Sal 98 Mt, 13, 44-46      Qué sorprendente nos debe parecer el relato de la primera lectura que el día de hoy hemos meditado: un episodio en donde se manifiesta el rostro de Moisés resplandeciente una vez que ha hablado con el Señor.      ¿Cómo habrá sido? ¿Por qué su rostro estaba tan resplandeciente? La respuesta es fácil: porque estuvo en comunicación con Dios. Y este suceso nos casca perfectamente a todos aquellos que decimos ser seguidores de Jesús.      Tras habernos encontrado con Jesús, al haber escuchado su voz, al entablar un diálogo con Él por medio de la oración, al recibirlo por medio de la Eucaristía, transforma no solo nuestro rostro, sino todo nuestro corazón, todo nuestro ser.      Sin duda alguna no somos los mismos antes y después de conocer a Jesús. Nuestra vida ha cambiado. De no haberse cruzado por nuestro camino, viviríamos de otra manera, seríamos otros. Él ha transformado e iluminado nuestro rost

"¿Y si hoy dejamos que el Amor venza?"

  Martes XVII semana Tiempo Ordinario Ex 33, 7-11; 34, 5-9. 28 Sal 102 Mt, 13, 36-43      Al meditar la primera lectura de este día vemos como se lleva a cabo la renovación de la alianza pactada entre Dios y los hombres.      En un primer momento vemos que Moisés levanta la tienda de Dios, la “tienda del encuentro”, colocándola a cierta distancia del campamento para que todos aquellos que así lo deseen, consulten al Señor. Es allí donde el Señor habla con toda confianza. Lo hace “cara a cara, como habla un hombre con un amigo”. Hoy en día aún existe esa “tienda del encuentro”: el Sagrario. Ahí es donde uno puede acercarse a hablar con Jesús, con la confianza y seguridad que Él nos escucha como un excelente amigo.      Moisés sabe que el pueblo no ha sido del todo fiel a la alianza que ha establecido el Señor con ellos, pero como un excelente hombre, que ama profundamente a Dios y a su pueblo, intercederá por él. Moisés buscará que Dios perdone las ofensas y rebeldías de su pu

"¿Dios ocupa el centro de tu corazón?"

  Lunes XVII semana Tiempo Ordinario Ex 32, 15-24. 30-34 Sal 105 Mt, 13, 31-35      Nos encontramos con el gran pecado del pueblo de Israel: “Han cometido ustedes un pecado gravísimo”. Este pecado se ha convertido en prototipo de los pueblos y al que, por desgracia, también nosotros estamos expuestos de cometer: dar la espalda al Dios verdadero y empezar a adorar a otros dioses.      Recordemos que uno de los mandatos más repetidos por Dios fue el de “no tendrás otros dioses más que a mí”. Esto no lo hace porque Él sea un Dios celoso, que sienta envidia de los otros dioses, sino que más bien los hace pensando en nosotros. El Señor quiere que nos evitemos desilusiones o fracasos en nuestra vida que puedan ocasionar estos dioses.       Todo lo que está fuera de Dios no puede llegar a la categoría de “Dios”, sino más bien se convierten en ídolos, falsos dioses. Y Dios sabe que todos aquellos que siguen o adoran a un ídolo, quedarán defraudados, ya que ellos tienen limites, fallo

"La generosidad de Dios

  XVII Domingo del Tiempo Ordinario: Ciclo “B” II Re 4, 42-44 Sal 144 Ef 4, 1-6 Jn 6, 1-15      Durante varios domingos estaremos reflexionando sobre el Evangelio de Juan en el capítulo 6, en donde se nos va contando el discurso que pronunció Jesús sobre el pan de vida. El pasaje de este día viene a ser el episodio de la multiplicación de los panes y peces, y sirve como introducción al discurso eucarístico que estaremos meditando los próximos domingos.      No ha sido casualidad que la presentación de la Eucaristía comience con el relato de la multiplicación de los panes. Con este pasaje descubrimos que no se puede separar, en el hombre, la dimensión religiosa de la material; no se puede proveer a sus necesidades espirituales y eternas sin preocuparse de las necesidades materiales y terrenas.      Esta fue, por un momento, la tentación de los apóstoles. En otro pasaje sinóptico a éste, se nos narra que ellos sugirieron a Jesús que despidiera a la multitud para que fuera a lo

"La paciencia de Dios"

  Sábado XVI semana Tiempo Ordinario Ex 24, 3-8 Sal 49 Mt, 13, 24-30      El día de hoy se nos cuenta el rito de alianza de Dios con su pueblo: una alianza que se fue preparando en el monte Sinaí; una alianza en donde se entabla un compromiso por ambas partes: “Yo seré tu Dios y ustedes serán mi pueblo” (cfr. Ex 6, 7).      Dios ya ha entregado los mandamientos a Moisés y éste, a su vez, los ha entregado al pueblo de Israel, y el pueblo ha decidido cumplirlos de una manera unánime: “Haremos todo lo que el Señor nos dice”. También nosotros, al igual que el pueblo de Israel, deberíamos de imprimir esta frase en nuestra mente, vivir con amor todos estos designios que el Señor nos pide.      Bien dice un principio químico: “A toda acción, corresponde una reacción”. La aceptación de esta alianza del pueblo con Dios se ritualiza: Moisés pone las palabras del Señor por escrito; levanta un altar y doce piedras; manda ofrecer sacrificios de vacas como sacrificio de comunión; con la mi

"La Ley que produce frutos"

  Viernes XVI semana Tiempo Ordinario Ex 20, 1-17 Sal 18 Mt, 13, 18-23      La página del Éxodo que hoy hemos meditado contiene los diez mandamientos, es decir, el Decálogo de la Alianza entre Dios y su pueblo. Todo comienza con la frase: “Yo soy el Señor, tu Dios, que te sacó de la tierra de Egipto”. Aquellas normas de vida que el pueblo ha recibido no vienen de un Dios desconocido o lejano, sino que vienen del mismo que los ama como Padre, que los ha liberado de la opresión y que continuamente los acompaña durante su peregrinar.      Los diez mandamientos resumen el estilo de vida que el pueblo de Dios está llamado a vivir. Como ya lo sabemos, unos se refieren a la relación con Dios (los tres primeros) y los otros (los siguientes siete) dan un lineamiento a seguir para entablar una buena relación con los demás.      Actualmente podemos pensar que los mandamientos son cosa del pasado, que hoy en día no pueden embonar en la sociedad o Iglesia. Sin embargo, esas mismas palabra

"El Amor está vivo"

  Santa María Magdalena Fiesta Ct 3, 1-4b Sal 62 Jn 20, 1-2. 11-18      Celebramos la fiesta de Santa María Magdalena, y la liturgia de hoy se caracteriza por una especie de movimiento, de carrera del corazón y del espíritu, impulsados por el amor a Jesucristo.      Tanto la primera lectura, como el Evangelio, tienen como punto central el profundo deseo de disfrutar la presencia de la persona a la que se ama y es lo que constantemente pide el amor: “Así dice la esposa: por la noche, buscaba al amor de mi alma”. Eso era lo que imperaba en el corazón de María Magdalena, incluso después de la muerte de su amado Jesús.      María Magdalena era esa mujer que “buscaba al amado por las calles y plazas”, deseosa de encontrarlo. Por eso, el primer día de la semana, muy de madrugada, fue al sepulcro donde habían colocado el cuerpo de Jesús, en búsqueda de la presencia del amado, Aquel amado que había sido crucificado.      Bien nos los dijo Jesús en uno de su Evangelios: “Busquen y

"¿Sabemos escuchar con el corazón?"

  Miércoles XVI semana Tiempo Ordinario Ex 16, 1-5. 9-15 Sal 77 Mt, 13, 1-9      El desierto, en la Sagrada Escritura, muchas veces es visto como un lugar de tentación, pero en realidad es un lugar árido, difícil, el cual incomoda a la persona que lo habita. Para el pueblo de Israel sirvió para que se diera la prueba de fe y, en él, quedara afianzada la alianza de fidelidad entre Dios y el Pueblo.      Recordemos que Israel constantemente le fue infiel al Señor, se revelaba en su contra: “nos ha traído al desierto para matarnos de hambre”. En más de una ocasión se quejaban contra Moisés y el Señor. Pero Yahvé, el Dios fiel, el que sabe escuchar a su pueblo, responde a su llamado: “he escuchado sus murmuraciones”. En aquel momento en el que el pueblo tiene hambre, el Señor hace llover pan del cielo y envió codornices, para que el pueblo comiera, al grado de quedar todos saciados.      Ante este relato, aquellos que decimos ser seguidores de Jesucristo, nos llenamos de un profu

"¿Hacemos la voluntad del Padre?"

  Martes XVI semana Tiempo Ordinario Ex 14, 21- 15, 1 Ex 15 Mt, 12, 46-50      La liturgia de la Palabra del día de hoy nos propone dos textos bastantes conocidos por todos y, a la vez, con una idea en común: Dios actúa cuando se lo permitimos. Si no lo dejamos, si no le damos oportunidad, somos nosotros los que nos cerramos a su acción salvadora y no deseamos cumplir su voluntad.      En la primera lectura nos encontramos con la famosísima escena de la liberación de Israel al pasar por en medio del Mar Rojo sin mojarse, mostrándonos cómo el Señor protegía a Israel cuando huían de la tierra de Egipto.      “Huyamos de Israel, porque el Señor lucha en su favor contra Egipto” es lo que dicen lo egipcios. Esta es una afirmación fundamental. Contemplamos que, los páganos (los egipcios) han reconocido al Señor y cómo Éste los ha salvado.       Dios tiene un único propósito: la felicidad de su pueblo. Es por eso que camina con el pueblo cuando el pueblo le permite caminar con Él;