San Bartolomé, Apóstol
Fiesta
Ap 21, 9b-14
Sal 144
Jn 1, 45-51
Celebramos hoy la fiesta de San Bartolomé, Apóstol, mejor conocido como Natanael, cuyo nombre significa “Dios ha dado”. Proveniente de Caná de Galilea y muy probablemente testigo del primer signo realizado por Jesús en aquel lugar (las Bodas de Caná).
En el Evangelio, nos encontramos a un Felipe que corre a comunicarle a Natanael que han encontrado a “ese del que escribió Moisés en la Ley, y también los profetas: Jesús el hijo de José, el Nazareno”. Pero ¿cuál es la reacción de Natanael? Un prejuicio muy fuerte: “¿De Nazaret puede salir algo bueno?".
Esta respuesta, de cierto modo, nos permite ver que el Mesías no podía provenir de una aldea tan oscura, pero al mismo tiempo pone de relieve la libertad y grandeza de Dios, que sorprende nuestras expectativas, manifestándose en donde menos lo esperamos. Recordemos que el Señor “humilla a los poderosos y enaltece a los humildes” (Lc 1, 52): ¿no podía hacer lo mismo con las ciudades de aquel tiempo?
La vida de Bernabé nos lleva a una reflexión profunda: en nuestra relación con Jesucristo, no debemos de contentarnos sólo con palabras recibida de los otros, sino responder a aquella invitación que consigo trae el mensaje de Dios: “Ven y lo verás”. Nuestro conocimiento de Jesús necesita de una experiencia viva.
Ciertamente que el testimonio de los demás es importante en nuestra vida como creyentes, pero somos nosotros los que debemos implicarnos personalmente en esta relación intima y profunda con el Maestro. El Evangelio de Juan nos ilumina más en este sentido: “Ya no creemos por tus palabras; nosotros mismos hemos oído y sabemos que este es verdaderamente el Salvador del mundo” (Jn 4, 42).
Por otra parte, es sorprendente la manera en que Jesús se expresa de Natanael cuando llega a Él: “Ahí tienen a un israelita de verdad, en quien no hay engaño”. Es un elogio de parte del Señor. ¿Qué ocasiona en Bartolomé? Una curiosidad y asombro: “¿De dónde me conoces? Natanael está perplejo, no termina de creer que un desconocido tuviera un conocimiento muy profundo de su persona.
La respuesta que da Jesús, tras la pregunta de Natanael, será suficiente para ganarse el corazón de aquel discípulo: “antes de que Felipe te llamara, te vi cuando estabas debajo de la higuera”. No sabemos con seguridad que fue lo que sucedió en la higuera, pero es evidente que se trataba de algo muy importante en la vida de Bartolomé.
Bartolomé se siente tocado por aquellas palabras de Jesús, se sabe comprendido por Él. Por eso llega a la conclusión: ese hombre sabe todo de mí, conoce toda mi vida. “Rabbí, Tú eres el Hijo de Dios, el Rey de Israel”.
Hoy Jesús sigue llamando. Lo hace de muchas maneras. Es importante estar atentos a esos signos y gestos que tiene con nosotros: en ocasiones lo hace por otra persona, otras veces lo hará de manera personal, en ocasiones por medio de acontecimientos, etc. No importa el modo como Él te llame, sino que respondas a su llamado. Así como Felipe le dijo a Natanael, “ven y lo verás”, así también nosotros vayamos al encuentro del Señor, pues nos está esperando con los brazos abiertos.
Pbro. José Gerardo Moya Soto
No siempre pueden evitarse los prejuicios, sin embargo, san Bartolomé nos da una gran enseñanza, no dejarnos llevar por lo que "dicen los demás". Él fue y VIO y fue descubriendo quién es Jesús.
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