Ir al contenido principal

"Víctimas inocentes"

 Santos Inocentes, Mártires

Fiesta


I Jn 1, 5-2, 2

Sal 123

Mt 2, 13-18



    El día de hoy celebramos la fiesta de los Santos mártires Inocentes. Aún inmersos en este ambiente festivo de la Navidad, no podemos ignorar este mensaje que la liturgia nos quiere trasmitir.


    Por un lado, se nos manifiesta la plena y total disposición que tiene San José ante el designio salvador de Dios, cumpliendo y aceptando su voluntad. Por otro lado, contemplamos la injusticia, que frecuentemente encontramos en nuestra vida (en el Evangelio se nos muestra concretamente en la matanza a los niños Inocentes). De manera que esto nos debe de llevar a tomar una actitud y respuesta personal.


    ¿De qué lado me encuentro? No es difícil discernir al respecto en este asunto: o nos abandonamos y confiamos en el Señor, cumpliendo con todo lo que nos pide (como lo hizo san José),  o seguimos sumergidos en nuestros egoísmos e intereses personales, dejando fuera de nuestra vida a Dios (como lo hizo Herodes).


    San José nos ofrece un testimonio claro de una respuesta dada a la llamada de Dios. Observando su testimonio, podemos sentirnos identificados con él cuando nos toca tomar decisiones en los momentos difíciles de nuestra vida, cuando tenemos que discernir sobre que es lo más importante en mi vida: “Se levantó, tomó al Niño y a su madre, y se retiró a Egipto”.


    La fe depositada en Dios implica una respuesta de vida, haciendo que nos levantemos. Es decir, el Señor nos hace estar atentos a los acontecimientos que suceden a nuestro alrededor. Nos advierte sobre aquellos que pretenden hacernos mal y nos invita a no tener miedo, sino que depositemos nuestra confianza en Él.


    En nuestra actualidad, siguen existiendo muchos Santos Inocentes que son martirizados: aquellos niños, jóvenes, parejas, emigrantes, enfermos… que piden amor de nuestra parte, y que muchas veces lo único que reciben es una indiferencia o desatención.


    San Juan Pablo II, al respecto de esto, nos dice: “En efecto, son muchas en nuestro tiempo las necesidades que interpelan a la sensibilidad cristiana. Es la hora de una nueva imaginación de la caridad, que se despliegue no sólo en la eficacia de las ayudas prestadas, sino también en la capacidad de hacernos cercanos y solidarios con el que sufre”.


    Que la luz de Cristo, que nos ha nacido, llene nuestra vida, nos refuerce en la fe y nos lleve a tener un corazón lleno de amor para seguir alimentando, por medio de la esperanza, a todos aquellos que acudan a nosotros.




Pbro. José Gerardo Moya Soto

Comentarios

Entradas populares de este blog

Una Vida nueva..

Viernes de la octava de Pascua  Hch 4, 1-12 Sal 117 Jn 21, 1-14      ¿Qué le está pasando a Pedro? Parecería que no es el mismo que había llamado Cristo: parece un impostor. ¿Qué no había negado tres veces al Maestro? ¿Qué no le había prometido dar la vida por Él y salió corriendo? Entonces ¿qué mosca le picó? ¿Qué pasó con ese Pedro pecador, frágil, cobarde? Fácil de responder: tuvo un encuentro personal con Jesús resucitado. La Pascua viene a ser un tiempo propicio para que se de ese encuentro con el Resucitado.      Cabria preguntarnos entonces: ¿cómo se dará ese encuentro con el resucitado? En ocasiones nos podemos equivocar si pensamos que Jesús solo se encuentra en los templos o en la intimidad de la oración. Jesús se hace presente en todos los lugares de nuestra vida: trabajo, casa, oficina, escuela, etc.  Jesús sale a nuestro encuentro en cualquier instante de nuestra existencia. No dejemos que este tiempo de gracia pa...

"Dios nos hace dignos"

  Sábado XII semana Tiempo Ordinario Gn 18, 1-15 Lc 1 Mt, 8, 5-17      La escena que reflexionamos en la primera lectura es la famosa aparición de Dios a Abraham junto a la encina de Mambré: son tres hombres, pero parece que es sólo uno; son ángeles, pero en algunos momentos del diálogo, parece que es el mismo Dios. Abraham sigue siendo un modelo de fe y ahora, como buen hombre que es, nos muestra cómo debemos de acoger en nosotros la voluntad de Dios.      Hemos de estar atentos a la manera en la que Dios no visita, ya que muchas veces se reviste de lo ordinario o de lo extraordinario. Tenemos que aprender a descubrirlo en las personas, en los acontecimientos que nos suceden, en la misma naturaleza que nos habla de su excelsa gloria, etc.      Por otra parte, llama la atención y parecería que Dios tiene un gusto muy peculiar por elegir, para su obra redentora, personas débiles, a matrimonios ancianos y hasta estériles. Basta...

"Tú + Yo = Nosotros"

Martes de la segunda semana de Pascua  Hch 4, 32-37 Sal 92 Juan 3, 7-15      Así como Nicodemo, también nosotros podríamos preguntarnos: ¿Cómo puede ser esto? ¿Cómo puede ser posible que la primera comunidad tuviera todo en común? ¿Cómo alguien puede vender su campo y disponer el dinero a la disposición de los Apóstoles? Sin duda alguna, Jesús nos da una bella respuesta en una de sus parábolas: “quien encuentra la perla preciosa, vende todo lo que tiene para poder comprarla” (Mt 13, 45).      Esa realidad sólo puede ser posible por medio del Espíritu Santo, que es el encargado de sostener en medio de la tempestad, que es quien llena de fortaleza el corazón en estos momentos de contingencia. Es el mismo Espíritu el que borra todo deseo egoísta y nos lleva a disponer todo lo que tenemos a los otros.      El cristiano que deja que Dios sea el centro de su corazón, todo lo que posee (material o espiritual) lo podrá ofrece...