Ir al contenido principal

"Llamados a ser libres"

 Sábado XV semana Tiempo Ordinario


Ex 12, 37-42

Sal 135

Mt, 12, 14-21



    La salida del pueblo de Israel de los dominios del faraón constituye el inicio de un éxodo que va más allá de lo geográfico o de lo físico. A la incertidumbre de un horizonte incierto, son dirección o rumbo que seguir, sin muchos recursos para esta travesía, se le suma el dolor, el rechazo y el maltrato que el pueblo ha recibido. Aquí se da también el éxodo de la esclavitud y de la denigración como persona.


    Era necesario salir de Egipto después de muchos años de esclavitud. La cifra que nos presenta el autor sagrado, los “cuatrocientos treinta años” años que duró, no es cronológicamente exacta, sino que más bien nos busca describir el largo período que permaneció el pueblo sometido a la esclavitud del faraón.


    Egipto es la antítesis del proyecto de Dios que entraña vida, liberación y justicia por la humanidad. En este sentido y contexto, podemos decir que Egipto es el símbolo del pecado, del mal, de la opresión y de la muerte. El Señor se sitúa en el relato de parte de la vida, en donde busca la dignidad y la esperanza de la persona.


    Si el pueblo de Israel sale de Egipto, Dios lo conducirá, sea de noche o de día, Él estará con ellos; si el pueblo de Israel vela para emprender el camino hacia la libertad, Dios velará con ellos, se une a ellos dándoles la fortaleza y los alentará para afrontar las dificultades que se presentaran en el camino.


    El día de hoy sería muy conveniente preguntarnos: ¿en qué parte del relato me sitúo? ¿Me encuentro del lado de la esclavitud, del pecado, del dolor y de la muerto? ¿o por el contrario, me dejo conducir por el Señor por el camino de la vida, de la dignidad y de la libertad?


    Tenemos que ser conscientes que para Dios lo más importante seremos nosotros y lo mismo es para Jesús. Cristo nos demuestra una vez más que la persona está por encima de los legalismos, inclusive del famoso precepto sabático, en donde la ley ha convertido al pueblo judío en un sistema de opresión y esclavitud. Aquella intención original, que consistía en preservar para los trabajadores el descanso suficiente después del trabajo arduo de la semana, había adquirido una carga moralmente innecesaria, al grado que, si se hacía algo contrario, se irrumpía la ley.


    Pero Jesús no se deja engatusar por la actitud de estos hombres, no cae en su juego, en su mentalidad. Más bien Él se siente libre para darle pleno cumplimiento a la ley: “Yo no he venido a cambiar o quitar la ley; no he venido a abolirla, sino a darle pleno cumplimiento” (Mt 5, 17).


    Es triste contemplar que Jesús muere acusado, perseguido por ir en contra del sistema establecido en su tiempo, por superar la comprensión de un culto ritual vacío, sin misericordia, más enfocado en conservar una estructura religiosa ante de que conocer en el hombre la imagen y semejanza de Dios.


    No nos dejemos vencer por el pecado, que lo único que hace es hacernos esclavos. Más bien abandonémonos al Señor y a su proyecto de salvación que nos hace libres. Valoremos el hermoso detalle que Dios tuvo con nosotros al entregar a su Hijo muy amado por nuestra liberación. No vivamos más en la esclavitud del pecado, sino más bien en la libertad de la vida.



Pbro. José Gerardo Moya Soto

Comentarios

  1. Así es Dios nos ayude a ser libres de tantas opresiónes gracias Padre Gera exelente sábado cuindece

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

"Dios nos hace dignos"

  Sábado XII semana Tiempo Ordinario Gn 18, 1-15 Lc 1 Mt, 8, 5-17      La escena que reflexionamos en la primera lectura es la famosa aparición de Dios a Abraham junto a la encina de Mambré: son tres hombres, pero parece que es sólo uno; son ángeles, pero en algunos momentos del diálogo, parece que es el mismo Dios. Abraham sigue siendo un modelo de fe y ahora, como buen hombre que es, nos muestra cómo debemos de acoger en nosotros la voluntad de Dios.      Hemos de estar atentos a la manera en la que Dios no visita, ya que muchas veces se reviste de lo ordinario o de lo extraordinario. Tenemos que aprender a descubrirlo en las personas, en los acontecimientos que nos suceden, en la misma naturaleza que nos habla de su excelsa gloria, etc.      Por otra parte, llama la atención y parecería que Dios tiene un gusto muy peculiar por elegir, para su obra redentora, personas débiles, a matrimonios ancianos y hasta estériles. Basta...

Una Vida nueva..

Viernes de la octava de Pascua  Hch 4, 1-12 Sal 117 Jn 21, 1-14      ¿Qué le está pasando a Pedro? Parecería que no es el mismo que había llamado Cristo: parece un impostor. ¿Qué no había negado tres veces al Maestro? ¿Qué no le había prometido dar la vida por Él y salió corriendo? Entonces ¿qué mosca le picó? ¿Qué pasó con ese Pedro pecador, frágil, cobarde? Fácil de responder: tuvo un encuentro personal con Jesús resucitado. La Pascua viene a ser un tiempo propicio para que se de ese encuentro con el Resucitado.      Cabria preguntarnos entonces: ¿cómo se dará ese encuentro con el resucitado? En ocasiones nos podemos equivocar si pensamos que Jesús solo se encuentra en los templos o en la intimidad de la oración. Jesús se hace presente en todos los lugares de nuestra vida: trabajo, casa, oficina, escuela, etc.  Jesús sale a nuestro encuentro en cualquier instante de nuestra existencia. No dejemos que este tiempo de gracia pa...

Renovémonos

Lunes de la segunda semana de Pascua Hch 4, 23-31 Sal 2 Jn 3, 1-8     Todo camino comienza con el primer paso y para poder llegar al destino que se tiene en mente, es necesario tener determinación. Pues eso es lo que podemos ver en Nicodemo al salir de noche al encuentro de Jesús y hacer tan hermosa afirmación: “Maestro, sabemos que tú has venido de Dios…nadie puede hacer los signos que Tú haces, si Dios no está contigo”.       Es evidente que todo itinerario de fe empieza con disponibilidad. Sí, es cierto, Nicodemo tenía disponibilidad, pero todavía estaba muy lejos de captar el misterio de la persona de Jesús y por ende de comprender su doctrina sobre el nuevo nacimiento. Cristo desbarata la lógica humana del fariseo y lo introduce en el misterio del Reino de Dios.      Esto que hemos visto anteriormente surge cuando el hombre renace del agua y del Espíritu. Solo así podemos entender el misterio del Reino de Dios, volvi...