Lunes XXIV semana Tiempo Ordinario
I Tm 2, 1-8
Sal 27
Lc 7, 1-10
En la vida, tenemos la tendencia de rezar por nosotros mismos. Es una acción que brota muchas veces de una manera espontánea. Cada uno de nosotros alza su voz a Dios, pidiendo por lo que necesita, agradeciendo por las bendiciones que ha recibido, suplicando el perdón, etc.
Ahora bien, aunque esto es algo tan natural en la persona, hemos de caer en la cuenta de que existen momentos en lo que deberíamos de rezar por los demás, ya que la oración de intercesión es una actitud fundamental en la fe cristiana. Recordemos que “católico” significa universal. De esa misma manera ha de ser nuestra oración.
Hoy San Pablo nos recuerda que “Dios quiera la salvación de todos”. Qué bien le hace al hombre pensar y rezar al Señor por los demás, en contemplarlos dentro de su oración. Orar por alguien, es amarlo en secreto. Nuestra oración ha de ser un acto de amor desinteresado para toda la Iglesia.
Diría San Juan Damasceno: “La oración es la elevación del alma a Dios o la petición a Dios de bienes convenientes”. Y esto lo entendieron perfectamente los ancianos del pueblo. Al ver que el oficial romano tenía un criado a punto de morir, se acercan a Jesús, diciéndole: “Merece que le concedas ese favor, pues quiere mucho a nuestro pueblo y hasta nos ha construido una sinagoga”.
Aquellos ancianos acudieron al Señor no por mera conveniencia, sino porque veían que ese hombre era bueno, compartía con los demás, se preocupaba por ellos. Sabía que, si estaba en ese cargo, no era para aprovecharse del puesto, sino para ayudar a los necesitados, a los más vulnerables. De ahí pues que la comunidad ha hecho caso de lo que San Pablo pide: “Te ruego, hermano, que ante todo se hagan oraciones, plegarias, súplicas y acciones de gracias por todos los hombres, y en particular, por los jefes de Estado y las demás autoridades, para que podamos llevar una vida tranquila y en paz, entregada a Dios y responsable en todo sentido”.
Hace unos días se ha despenalizado el aborto. Por ello, nosotros, como creyentes, hemos de orar por las autoridades, por aquellos que tienen en sus manos la Ley, para que vean siempre el bien mayor, no el que más convenga. Ciertamente que hablar de política no es sencillo, ya que muchos defenderán su verdad. Aquí lo que se trata es buscar el bien mayor, lo que le haga bien a la mayoría de los ciudadanos.
Sé que a muchos les entristece esto que ha sucedido. Pero no perdamos la esperanza. El oficial romano lo entendió muy bien, ya que él sabía que Jesús podía hacer el milagro con solo desearlo. También nosotros, como el oficial, confiemos en Dios, tengamos la fe puesta en que esto puede cambiar.
Hoy y siempre será un buen momento para orar por los demás. Que este día no pase desapercibido en tu vida: ora y cree que el Señor te escucha.
Pbro. José Gerardo Moya Soto
Así sea 🙏 padre Santísimo te rogamos por todas las autoridades y por nosotros para que alcemos la voz pacíficamente pero diáfanos ver que no estamos de acuerdo con la decisión que han tomado que lucharemos por todos los no inocentes sentenciados a no nacer.
ResponderEliminarSaludos padre Dios bendiga su vida. 🙏