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"Jesús tiene un origen"

 Tiempo de Adviento: 17 de Diciembre 

(ferias mayores)


Gn 49, 2. 8-10

Sal 71

Mt 1, 1-17



    El día de hoy, 17 de Diciembre, comienza una “cuenta atrás” muy particular. En esta última semana de Adviento se irán sucediendo los días con una intensidad creciente; la espera del Señor se hace ya casi insostenible. El deseo de contemplar al Señor en carne mortal y poder adorarlo va en aumento. En apenas una semana el canto del Gloria, unido al de los ángeles, hará rebosar nuestros corazones de júbilo por el nacimiento del Señor. Pero aún no ha llegado, debemos permanecer vigilantes.


    En el pasaje de la primera lectura, se recogen las bendiciones de Jacob, ya anciano, a sus hijos. Conocemos la accidentada historia de la familia de Jacob. La envidia de sus hermanos a José, la venta de este… pero José acaba en Egipto ocupando un puesto importante. Al final toda la familia llega y permanece en Egipto. Y desde ahí,  Jacob  bendice a sus hijos con especial predilección a Judá, “a ti Judá, te alabarán tus hermanos… No se apartará de Judá el cetro ni el bastón de mando entre sus rodillas”.


    La idea central es que Dios sigue protegiendo al Patriarca Jacob y a sus hijos. Nunca Dios va a abandonar a los hijos de su pueblo. Idea que vemos fuertemente reforzada con el envío de Jesús hasta nosotros por parte de su Padre Dios. Dios estará siempre a favor de toda la humanidad. “Tanto amó Dios al mundo que le envió a su Hijo Unigénito”. Dios y Jesús nunca nos abandonan.


    En el Evangelio de hoy, tomado de San Mateo, nos encontramos con la “genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abrahán”. Creo que es mejor no meterse a fondo con las interpretaciones que los exégetas hacen sobre el texto, con los diversos nombres que en él aparecen, con las tres generaciones de catorce, desde Abraham hasta el Mesías pasando por David. Quedémonos con algunas verdades que se desprenden de esta genealogía. 


    La primera es recordarnos que Jesucristo no es un personaje inventado, que no se sabe su origen. Tiene un origen preciso, es un personaje histórico. Es un judío de pura raza, “hijo de David, hijo de Abraham”. Aunque sabemos que es el Mesías, el Hijo de Dios, tiene una familia humana normal, algunos de sus miembros claramente pecadores. Se quiere destacar su procedencia humana y al final se habla cómo “Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo”.


    ¿Qué es lo importante de toda serie de nombres que nos transmite el evangelista? Él está dirigiéndose a judíos que conocen bien la historia de su pueblo. Ellos no necesitarían muchas explicaciones. Nosotros sí las necesitamos. Es curioso ver que en esa historia aparecen nombres ajenos al pueblo de Israel. Así percibimos que Jesús tiene entre sus antepasados hombres ilustres, pero también hay otros ante los cuales nos sentimos sorprendidos por no ser buen ejemplo para la historia.


    Para nosotros, como seguidores de Jesús, es bueno caer en la cuenta de que Dios, Jesús, sigue actuando entre nosotros. El “cómo” se lleva a cabo esa presencia, requiere de nosotros cierta sensibilidad para estar abiertos a su acción imprevisible pero real y que sigue dándose entre nosotros. Sigamos preparando el corazón y así poder celebrar laudablemente la fiesta de la Navidad.



Fray Manuel Santos Sánchez O.P

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