Ir al contenido principal

"Vivir lo que hemos celebrado"

 Jueves del Tiempo de Navidad


I Jn 4, 19-5, 4

Sal 71

Lc 4, 14-22



    Las palabras de San Juan, en la primera lectura, se pueden presentar como un examen de conciencia, el cual viene a afectar toda la vida del cristiano. Sólo podemos afirmar que amamos a Dios si amamos al hermano que está a nuestro lado. Si no es así, automáticamente nos convertimos en mentirosos.


    Todavía en este tiempo de Navidad el Señor nos pregunta sobre la coherencia de lo que hemos celebrado. Es muy sencillo cantar villancicos, alegrarnos por la Encarnación del Señor, llenarnos de gozo porque Dios viene a salvarnos. Es fácil celebrar la Navidad. Lo complicado será poner en práctica todo lo vivido durante estos días.


    A muchos nos resulta muy difícil el poder reflejar en vida lo que hemos celebrado en estos días, en especial lo que el apóstol San Juan nos recomienda. “amar al hermano”. En ocasiones nos es complicado tratar a los demás de la misma manera en que decimos tratar a Dios; nos cuesta trabajo amar al prójimo como amamos a Dios.


    ¿Cómo poder cumplir con esto? ¿Cómo poder llevar a la práctica esta exhortación? Si decimos que hemos vivido plena y conscientemente el misterio de la Encarnación, lo podremos conseguir con facilidad, ya que “la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros” (Jn 1, 14). Si verdaderamente escuchamos, meditamos y conservamos la Palabra de Dios en nosotros, podremos cumplir con esta misión.


    Por ello, debemos hacer vida las palabras que nos presenta el Evangelio de Lucas: “hoy mismo se ha cumplido este pasaje de la Escritura que acaban de oír”. Aquello no únicamente sucedió hace dos mil años atrás, con Jesucristo, sino que se siguen cumpliendo en el aquí y en el ahora.


    En la medida en que dejemos obrar al Señor en nosotros, sus promesas se irán cumpliendo, actualizando en cada uno de nosotros el memorial de su redención. La Navidad que estamos celebrando, no es únicamente un recuerdo, sino hacer presente el gran amor de Dios al “visitar y redimir a su pueblo”.


    Aquel programa anunciado por Jesús, tomado del libro del profeta Isaías, se sigue haciendo presente en nuestro tiempo, ya que “Dios quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad” (I Tm 2, 4). Jesús nos trae la Buena Nueva, nos libera de la esclavitud de pecado, cura nuestras dolencias-enfermedades, nos promete su gracia, nos impulsa a amarnos unos a otros.


    Roguémosle al Señor que nos conceda la gracia de vivir conforme el mandato que nos dio, así como su propio Hijo lo hizo en vida, no sólo anunciando la Buena Nueva a toda la humanidad, sino amándonos los unos a los otros como Él mismo nos amó.



Pbro. José Gerardo Moya Soto

Comentarios

Entradas populares de este blog

"Dios nos hace dignos"

  Sábado XII semana Tiempo Ordinario Gn 18, 1-15 Lc 1 Mt, 8, 5-17      La escena que reflexionamos en la primera lectura es la famosa aparición de Dios a Abraham junto a la encina de Mambré: son tres hombres, pero parece que es sólo uno; son ángeles, pero en algunos momentos del diálogo, parece que es el mismo Dios. Abraham sigue siendo un modelo de fe y ahora, como buen hombre que es, nos muestra cómo debemos de acoger en nosotros la voluntad de Dios.      Hemos de estar atentos a la manera en la que Dios no visita, ya que muchas veces se reviste de lo ordinario o de lo extraordinario. Tenemos que aprender a descubrirlo en las personas, en los acontecimientos que nos suceden, en la misma naturaleza que nos habla de su excelsa gloria, etc.      Por otra parte, llama la atención y parecería que Dios tiene un gusto muy peculiar por elegir, para su obra redentora, personas débiles, a matrimonios ancianos y hasta estériles. Basta...

Una Vida nueva..

Viernes de la octava de Pascua  Hch 4, 1-12 Sal 117 Jn 21, 1-14      ¿Qué le está pasando a Pedro? Parecería que no es el mismo que había llamado Cristo: parece un impostor. ¿Qué no había negado tres veces al Maestro? ¿Qué no le había prometido dar la vida por Él y salió corriendo? Entonces ¿qué mosca le picó? ¿Qué pasó con ese Pedro pecador, frágil, cobarde? Fácil de responder: tuvo un encuentro personal con Jesús resucitado. La Pascua viene a ser un tiempo propicio para que se de ese encuentro con el Resucitado.      Cabria preguntarnos entonces: ¿cómo se dará ese encuentro con el resucitado? En ocasiones nos podemos equivocar si pensamos que Jesús solo se encuentra en los templos o en la intimidad de la oración. Jesús se hace presente en todos los lugares de nuestra vida: trabajo, casa, oficina, escuela, etc.  Jesús sale a nuestro encuentro en cualquier instante de nuestra existencia. No dejemos que este tiempo de gracia pa...

Renovémonos

Lunes de la segunda semana de Pascua Hch 4, 23-31 Sal 2 Jn 3, 1-8     Todo camino comienza con el primer paso y para poder llegar al destino que se tiene en mente, es necesario tener determinación. Pues eso es lo que podemos ver en Nicodemo al salir de noche al encuentro de Jesús y hacer tan hermosa afirmación: “Maestro, sabemos que tú has venido de Dios…nadie puede hacer los signos que Tú haces, si Dios no está contigo”.       Es evidente que todo itinerario de fe empieza con disponibilidad. Sí, es cierto, Nicodemo tenía disponibilidad, pero todavía estaba muy lejos de captar el misterio de la persona de Jesús y por ende de comprender su doctrina sobre el nuevo nacimiento. Cristo desbarata la lógica humana del fariseo y lo introduce en el misterio del Reino de Dios.      Esto que hemos visto anteriormente surge cuando el hombre renace del agua y del Espíritu. Solo así podemos entender el misterio del Reino de Dios, volvi...