Ir al contenido principal

"¿Los mandamientos me hacen libre?"

 Miércoles III Tiempo de Cuaresma


Dt 4, 1- 5-9

Sal 147

Mt 5, 17-19



    Tras la liberación de la esclavitud del faraón, el pueblo de Israel sabía que el Señor estaría presente con ellos. Inclusive, Dios se manifestaba en medio de sus hijos por diferentes signos: la columna de fuego, el Arca de la Alianza, la Tienda de campaña, la Roca que manaba agua, la Ley escrita en las tablas de piedra, etc.


    El Señor se muestra siempre como un Dios cercano, preocupado por ellos. Es por ese motivo que el pueblo de Israel debe de escuchar su voz y poner en práctica todos los mandatos de Dios. No se trata de guardarlos únicamente por la fidelidad por la Ley, sino sobre todo de guardarlos por la fidelidad a Dios y al amor que Él les tiene.


    Dios no nos quiere esclavos de la Ley. Más bien nos quiere como hijos suyos, que caminemos en el amor fiel. Por eso al escuchar su Palabra y ponerla en práctica le estaremos manifestando nuestro amor, nuestra fidelidad, nuestra entrega y deseo por cumplir su voluntad.


    Muchas personas piensan que los mandamientos son prohibiciones que atentan contra la libertad del hombre. Cuántas veces hemos escuchado: “los mandamientos nos hacen esclavos porque no podemos hacer lo que queremos”; “¡Qué chiste! ¡Dios nos prohíbe todo lo chido!”; “La Ley de Dios nos aflige: estamos sometidos a ella”.


    Te puedo asegurar algo, sin temor a equivocarme: Dios nos quiere libres, quiere que seamos plenos. Por eso nos ofrece los mandamientos, para que, llevándolos a la práctica, podamos experimentar la verdadera libertad, ya que al pecar nos hacemos esclavos. Si de verdad cumplimos los preceptos y mandamientos del Señor, encontraremos vida en abundancia, seremos libres, seremos plenos.


    Dios no quiere que seamos fieles al cumplimiento de su Ley sólo por cumplir una norma externa o por mera apariencia. Lo que desea es que, al cumplirlos, se pueda entrar en una relación intima de amor con Él, ya que su Palabra debe ser escuchada y puesta en práctica como una consecuencia del amor mismo. Si hacemos esto, no caminaremos como esclavos de la Ley, sino como hijos que viven con amor fiel a Dios.


    Este tiempo de Cuaresma nos ha de llevar a vivir nuestra unión con Dios de una manera más plena, de tal modo que, cumpliendo con los mandatos del Señor y escuchar su Palabra, se den frutos de salvación y de amor en toda la Iglesia. Que el Señor nos conceda la gracia de saber escuchar su Palabra y ponerla en práctica con amor.



Pbro. José Gerardo Moya Soto

Comentarios

Entradas populares de este blog

Una Vida nueva..

Viernes de la octava de Pascua  Hch 4, 1-12 Sal 117 Jn 21, 1-14      ¿Qué le está pasando a Pedro? Parecería que no es el mismo que había llamado Cristo: parece un impostor. ¿Qué no había negado tres veces al Maestro? ¿Qué no le había prometido dar la vida por Él y salió corriendo? Entonces ¿qué mosca le picó? ¿Qué pasó con ese Pedro pecador, frágil, cobarde? Fácil de responder: tuvo un encuentro personal con Jesús resucitado. La Pascua viene a ser un tiempo propicio para que se de ese encuentro con el Resucitado.      Cabria preguntarnos entonces: ¿cómo se dará ese encuentro con el resucitado? En ocasiones nos podemos equivocar si pensamos que Jesús solo se encuentra en los templos o en la intimidad de la oración. Jesús se hace presente en todos los lugares de nuestra vida: trabajo, casa, oficina, escuela, etc.  Jesús sale a nuestro encuentro en cualquier instante de nuestra existencia. No dejemos que este tiempo de gracia pa...

"Dios nos hace dignos"

  Sábado XII semana Tiempo Ordinario Gn 18, 1-15 Lc 1 Mt, 8, 5-17      La escena que reflexionamos en la primera lectura es la famosa aparición de Dios a Abraham junto a la encina de Mambré: son tres hombres, pero parece que es sólo uno; son ángeles, pero en algunos momentos del diálogo, parece que es el mismo Dios. Abraham sigue siendo un modelo de fe y ahora, como buen hombre que es, nos muestra cómo debemos de acoger en nosotros la voluntad de Dios.      Hemos de estar atentos a la manera en la que Dios no visita, ya que muchas veces se reviste de lo ordinario o de lo extraordinario. Tenemos que aprender a descubrirlo en las personas, en los acontecimientos que nos suceden, en la misma naturaleza que nos habla de su excelsa gloria, etc.      Por otra parte, llama la atención y parecería que Dios tiene un gusto muy peculiar por elegir, para su obra redentora, personas débiles, a matrimonios ancianos y hasta estériles. Basta...

"Tú + Yo = Nosotros"

Martes de la segunda semana de Pascua  Hch 4, 32-37 Sal 92 Juan 3, 7-15      Así como Nicodemo, también nosotros podríamos preguntarnos: ¿Cómo puede ser esto? ¿Cómo puede ser posible que la primera comunidad tuviera todo en común? ¿Cómo alguien puede vender su campo y disponer el dinero a la disposición de los Apóstoles? Sin duda alguna, Jesús nos da una bella respuesta en una de sus parábolas: “quien encuentra la perla preciosa, vende todo lo que tiene para poder comprarla” (Mt 13, 45).      Esa realidad sólo puede ser posible por medio del Espíritu Santo, que es el encargado de sostener en medio de la tempestad, que es quien llena de fortaleza el corazón en estos momentos de contingencia. Es el mismo Espíritu el que borra todo deseo egoísta y nos lleva a disponer todo lo que tenemos a los otros.      El cristiano que deja que Dios sea el centro de su corazón, todo lo que posee (material o espiritual) lo podrá ofrece...