Lunes IV semana Tiempo Ordinario II Sm 15, 13-14. 30; 16, 5-13 Sal 3 Mc 5, 1-20 Qué difícil fueron los últimos días del reinado de David, ya que no fue únicamente la familia de Saúl la que se levantó en su contra, sino muchas personas. Qué duro es ver caer a los poderosos, pero no por sus propios méritos, sino por los celos-rivalidades de los suyos. Con esto, podemos darnos cuenta de que la ambición no respeta ni siquiera los lazos de sangre que se pueda tener. ¿Cuántas veces hemos visto esto en las familias? ¿Cuántas veces no nos hemos enterado de familias que se destruyen por las herencias? ¿Quién de nosotros no ha contemplado a seres amados dejarse de hablar por conflictos que han surgido entre ellos? Hoy en día se siguen dando esas divisiones familiares y generalmente la causal son los bienes materiales, el poder, la ambición que hay en el corazón del hombre. De hecho, todo esto se da debido a que el malign...
Reflexiones diarias