Viernes IV de Pascua Hch 13, 26- 33 Sal 2 Jn 14, 1-6 Lo que pareció ser la derrota más escandalosa sufrida por Jesucristo, se ha convertido en la victoria definitiva sobre el pecado y la muerte. Dios es el único que sabe sus caminos, los cuales están muy lejos de los nuestros. Aquellos que aceptamos la voluntad de Dios, hemos de aprender a leer los acontecimientos de la propia vida desde el corazón del Padre y no desde las expectativas humanas. Dios quiere que nos entreguemos a su amor. Así como Jesús se entregó por nosotros, el Señor quiere que nos consagremos a él en totalidad, no a medias, para que así podamos anunciar el Evangelio, no sólo con palabras, sino como testigos que dan a conocer el amor de Dios, un amor que llega hasta el extremo, con tal de llevarnos a la plenitud de la vida. Recordemos que “Dios quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad” (Tim 2, 4). Med...
Reflexiones diarias